Donde la literatura y la maldad se toman un té

lunes, 29 de febrero de 2016

Muérete ya, coño - Los Innombrables (17)

Yo tengo una duda existencial. ¿Por qué coño la gente escribe estas mierdas?

Estoy muy alterada, ¿de acuerdo? Esta novela me ha tenido leyendo una semana porque, incluso con mi lectura diagonal, es densa como ella sola, la condenada. Y ya finalmente ayer decidí que estaba harta y me obligué a terminarme las últimas 200 páginas del tirón. Me llevó toda la tarde (es lo que tiene cuando, aparte de las pausas para tomar notas, tienes que hacer otras pausas [muchas, muchas pausas] para poner los ojos en blanco y gritar y desahogarte y plantearte el alcoholismo). Ayer, además, estuve hablando con Zarza de esta historia porque ya no era capaz de llevar el trauma yo sola y, tras relatarle el último (y especialmente irritante) wtf de la historia, terminé riendo y llorando como una psicótica durante al menos quince minutos, sin interrupciones.

La vida es dura.

En fin, estimados hierbajos, el caso es que este libro que os traigo hoy es una víctima voluntaria (lo siento en el alma, estimada víctima [mentira, ¡sufre como yo he sufrido, maldito! O.O]). Y cae en la sección de Innombrables porque… Porque estoy siendo benévola, la verdad, porque lo cierto es que me planteé colgarle directamente la etiqueta de Ex Libris. Porque no recuerdo haber gritado tanto desde que leí El ejército negro.


Lo único que tiene esta novela es autoridad racional, todo lo demás es... para quemarlo y lanzar sus cenizas al mar en una bolsa permeable atada a un ladrillo [Zarza: ¿un ladrillo? ¡Un yunque! Ortiga: mejor que sean dos. No queremos correr riesgos].

Dice pertenecer al género negro, y lo cierto es que la definición que proporciona Wikipedia sobre novela negra le viene como auténtico anillo al dedo (cita textual): «tipo de novela policíaca en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal [Ortiga: check] y los argumentos son habitualmente muy violentos [Ortiga: check]; la división entre buenos y malos de los personajes se difumina [Ortiga: eh… en realidad yo no diría que hay "buenos" en esta novela, pero vale, check] y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados [Ortiga: check] y en decadencia [Ortiga: check] en busca de la verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella [Ortiga: en fin, discutible, pero bueno, que sí, check]». Como novela negra, parece ser que se ajusta al canon. Ahora bien, como Literatura… ya os he dicho qué es lo que habría que hacer con ella. Confío en haber sido lo suficientemente gráfica.

He batido todos mis records, hierbajos. Tengo ahora mismo más de treinta páginas de apuntes sobre esta novela. Treinta. Esto ya no es que vaya a tener que partir la entrada en dos entregas. ¡Es que tengo material para organizar todo un evento dedicado a este libro!

Y ¿sabéis qué? Que lo voy a hacer, ¡qué demonios! Bienvenidos seáis al evento «¡Muérete ya, coño!». A vuestra salud.


Sin más dilación, os dejo con la víctima en cuestión.

jueves, 25 de febrero de 2016

Por qué la gente nos mira mal en los museos

Buenos días, queridas malas hierbas.

Admito que tengo un problema (sí, lo sé, el famoso primer paso): la gente me mira mal en los museos. Dicho así parece como que el problema es de la gente, y eso está bien, porque a veces las apariencias no engañan. ¿Por qué iba a tener yo un problema? Soy muy feliz. ¿Y qué si me río de los cuadros? ¿Y qué si aplaudo cuando veo un equidna disecado ("¡Oh! ¡Mi miembro favorito de la familia de los monotremados!")? ¿Y qué si pongo caras escépticas cuando los guías hablan de las costumbres alimenticias de los renos y los inuits? Es claramente un problema de la gente eso de mirarme mal en los museos. A mí ni me va ni me viene.

En fin. Hoy vengo a hablaros de arte. Y de desfamiliarizaciones, en cierto sentido. Pero concretamente esta entrada es sobre un tipo que me entiende parcialmente se dedica a reinventar títulos para cuadros de forma bastante irreverente. Y francamente, qué podría no gustarme de eso.

domingo, 21 de febrero de 2016

Hablemos de sexo, o... mejor ahorrémonoslo (4)

Queridos hierbajos míos… os odio.


Sinceramente,

O.



Es tentador dejar la entrada así, pero seré buena y os torturaré un poco más. En el fondo es divertido.

El caso es que hoy no vengo a hablar yo. Soy perfectamente consciente de que tengo esta sección abandonada: no he estado muy motivada estos últimos meses, entre unas cosas y otras. Así pues, y para que el tema no quede en el olvido entre que me surge algún tema del que me apetezca hablar… he decidido endilgarle el muerto a otro pedirle a alguien que escriba un poco desde su perspectiva.

Aquí os lo dejo, hierbajos:

miércoles, 17 de febrero de 2016

Zero, de Morgan Dark

Título: Zero [Ortiga: a la izquierda]
Autora: Morgan Dark [Zarza: jo, tío, es como si te llamas Merlin Magic, o Arthur King. Ortiga: pues Arthur King suena a nombre que podría ser real. Sería horrible. ¿Te imaginas que te apellidas King y tienes un hijo y lo llamas Arhur? Ya hay que tener huevos. Zarza: pues tendría que decirle... qué sé yo, que nunca viajase a Lanzarote y que no bebiese ginebra o.o]
«Un enigmático ladrón
Un misterio escondido durante años
Y un internado elitista en el que nadie es quien dice ser [Zarza: pues para hacer la matrícula los pobres se tienen que volver locos].
Gary Stu Kyle Bradford es el estudiante más envidiado de Drayton College pero todo cambia cuando una peligrosa sombra empieza a acecharle desde la oscuridad. A partir de entonces su vida se desmorona. Convertido injustamente en el principal sospechoso de los robos que están aterrorizando a la alta sociedad, tendrá que demostrar su inocencia y para ello deberá encontrar al verdadero culpable: Zero, un delincuente infalible cuya identidad se oculta bajo una máscara de plata. Lo que Kyle ignora es que su enemigo guarda un secreto por el que está dispuesto a sacrificarlo todo.
Un thriller vertiginoso y arrollador que no podrás dejar de leer [Zarza: ya, me parece que es de los que te arrollan en plan «muere, muere, muereeeee». Por favor, que alguien le ponga una multa a este libro]

[Zarza: a ver, chicos, repetid todos conmigo la cuenta atrás: tres..., dos..., uno..., ¡¡ZEROOOO!!]

Bien, aquí os traigo la última entrada de este Enero de Novedades que se nos ha alargado. Que se os atragante.

El tema de las imágenes de hoy es...
¡lluvia de facepalms!
Yo le había echado el ojo a este libro porque era una novela que había salido en 2015, así que era reciente, y la descubrí porque la editorial lanzó un sorteo a través de Twitter en diciembre. Mirando por internet vi que muchos blogs hablaban bien de la novela y tenía un montón de comentarios positivos en Amazon y esas cosas que suelen suceder. Esto es con frecuencia garantía segura de que me voy a reír, así que me la apunté.

Esta sinopsis la he sacado de la página de Amazon, y debo reconocer que la ausencia de puntos terminales en las primeras líneas (aparte de otros problemas de puntuación) me resulta perturbadora. Empero, más perturbador incluso que esos puntos fantasma, es el hecho de que, en el apartado de la página dedicado a la descripción del libro, lo primero que aparece (antes de la sinopsis misma) es una ristra de citas y opiniones sobre el libro por parte de diversas fuentes (muchos blogs). Una lista que me ocupa más de una página de Word. Desearía poder decir que es broma. Mi voto de Mala Hierba me lo impide. Lo siento.
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